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viernes, 31 de mayo de 2013

Las Crónicas de Eos

He estado pensando mucho... y eso no siempre es bueno, pero es algo que tengo tendencia a hacer demasiado.
Hace más de tres años que las Crónicas de Eos empezaron su camino. Más de dos años desde que acabé la primera novela. En ese tiempo, la he corregido, la he dejado a lectores beta (la mayoría pidieron más así que deduzco que o les gustó o son masoquistas) la he mandado a un premio (de juvenil, y... bueno, hay sexo explícito, pero si colaba...) y a un montón de editoriales. De ese montón de editoriales recibí tres respuestas: una preciosa negativa fotocopiada en la que decían que tras haber leído mi manuscrito atentamente (mandé propuesta editorial) y sin menospreciar mi talento, no se ajustaba a la línea editorial. Es decir... bla, bla, bla, bla. Y luego dos negativas en las que alababan las virtudes de mi obra. ¿Negativas que alababan las virtudes de la obra? Síp, y básicamente los dos dijeron lo mismo (cada una a su manera, pero yo lo interpreté así) era demasiado poco ciencia-ficción para los lectores de ci-fi y la ciencia-ficción es un género que asusta al resto de lectores.
Si metes ciencia-ficción en un título ya estás buscando un tipo de lector concreto, uno que se sabrá las maravillas de Asimov, Dick, Vance... que discutirá sobre si es mejor El Juego de Ender o la Voz de los Muertos, que entenderá de física y que, de esto hay mucho, tiene cierta tendencia a mirar por encima del hombro a todo aquello que no sea la ciencia-ficción que él considera ciencia-ficción.
Vamos, son los heavy-metal de la literatura y para ellos no hay nada peor que el Hard-Rock.
A mí siempre me gustó el Hard-Rock y encuentro la ciencia ficción fría. Es cierto. Fría.
Soy científica de profesión. Y aunque ahora no me dedico a ello tanto como debería, también hago investigación. Sé lo que es la ciencia. Me he criado en ella. Me ha dado de comer. Y sin embargo, la mayoría de obras literarias de ciencia ficción me parecen frías.
Así que decidí hacer mi propia ciencia ficción. Una ciencia ficción para gente que no lee normalmente ciencia-ficción. Básicamente una space opera pero (¿he dicho ya que soy científica?) no dejo la ciencia de lado.
Así que tengo una obra que creo que no gustará a los lectores puristas pero estoy segura que la mayoría de personas que “temen” a la ciencia ficción disfrutarán con ella. Como veis, algo difícil de vender, ¿verdad?
Bueno, ha pasado el tiempo y estoy cansada de esperar así que, abandonada la idea de hacerme millonaria con esto (a no ser que hagan la película y me forre a base de vender carpetas para adolescentes) he decidido compartir la novela.
Sé que hay muchas más salidas (Bubok, Amazon...) y no las descarto en un futuro, cuando haya conseguido llegar a mis lectores. Porque, y no nos engañemos, lo que yo quiero son lectores.
Así que, y aprovechando el formato de la novela, me propongo ir publicando, aquí y en el grupo de Facebook, los diferentes capítulos. Cada uno es una historia que empieza y que acaba y, aunque esté relacionado con los capítulos previos, se pueden leer de forma independiente.
Así que os animo a leerlos, comentarlos, compartidlos y lo que queráis.
Ya aviso, ciencia ficción para todos los públicos. Ideal para leer con palomitas. ;)
 Mañana, 1 de Junio, colgaré el primer capítulo: Solo un parpadeo pero creo que se merece una entrada propia. 
Incendium


ATENCIÓN: No sé qué demonios pasa pero blogger no me deja responder a los comentarios, pero sabed que los leo y los agradezco mucho.

domingo, 19 de mayo de 2013

Conociendo el Sistema Eos III: La Fractura

Bienvenidos de nuevo.
Ha pasado mucho tiempo desde que se hiciera la última actualización de “Conociendo el Sistema Eos” y aunque ya conocemos su geografía básica y las gentes que lo pueblan, todavía quedan infinidad de cuestiones a tener en cuenta para que su visita sea lo más cómoda posible.
En una serie de próximos capítulos, narraremos de forma breve pero efectiva, una serie de hechos históricos, curiosidades o esas cosas que no está de más conocer para no meterse en ningún lío. Más concretamente, están previstas una serie de entradas sobre:
-Galileo
-Origen
-Las Valicourt
-La A&A
-Seguridad Interorbital
Por supuesto, esta lista podría ampliarse o sufrir modificaciones así que, no dudéis en hacernos llegar vuestras dudas y sugerencias para que el viaje sea lo más ameno posible.
Y ahora, sin más preámbulos, os dejamos con la entrada de hoy:

La Fractura
No sé si alguna vez os habéis fijado en los calendarios que se usan en el Sistema Eos, si lo habéis hecho, os habréis dado cuenta de que son los años pasados desde la Fractura. Al principio de las Crónicas aparece un recordatorio que nos señala que estamos en el año 345 tras la Fractura.
Entonces, ¿qué sucedió hace 345 años?
Hace más de 345 años, el sistema Solar y el sistema Eos estaban unidos por el Puente, un agujero de gusano que atravesaba de un punto a otro de la galaxia permitiendo la circulación bidireccional de mercancías y seres vivos.
De hecho,  originalmente, en el sistema Eos tan solo Verdara era un planeta habitable que mantenía una fauna y flora autóctona. Por aquel entonces, el sistema solar estaba aquejado por graves problemas de superpoblación y falta de recursos y tomaron la aparición del nuevo sistema como una forma de solucionar dichos problemas. Procedieron a terraformar las diferentes lunas y planetas para hacerlas habitables, construyeron Galileo y las diferentes estaciones, entre ellas, la Estación Puente, entre K-Dick y Óptima, que era el punto de llegada y partida de las nodrizas que llevaban sus cargamentos a través del agujero de gusano.
La colonización del Sistema Eos no fue cosa de un día. A lo largo de miles de años, la Tierra estuvo mandando sus naves y sus recursos para hacer del nuevo sistema un segundo hogar.
Por aquel tiempo sucedieron las guerras leónidas, que concluyeron con su aislamiento en un planeta propio, al que llamaron Sparta. También, ya entonces, aparecieron los grandes imperios corporativos y Seguridad Interorbital no era más que un pequeño embrión que pretendía escindirse de la Unión de Sistemas.
Y entonces sucedió.
El puente se cerró.
De un momento a otro, y sin previo aviso, el Puente que unía ambos sistemas desapareció. Nadie sabe qué paso en el otro lado, solo se conoce lo que sucedió en el Sistema Eos, un sistema que hasta ese momento había sido completamente dependiente del Sistema Solar y que ahora se encontraba condenado, de repente, a una edad oscura.
Hoy en día, los restos de la Fractura son destino turístico de numerosos cruceros que surcan el sistema
Uno a uno, las enormes láminas que cubría la pared semiesférica de la cubierta solar, se fueron desplazando, girando hasta quedarse reducidas a una serie de líneas casi imperceptibles. Y tras ella, aguardaba el universo. Pero en esta ocasión, no eran estrellas y planetas de brillos mortecinos lo que se ocultaba tras el metálico telón. No, estaban rodeados por un mar nebuloso y brillante de tonos azules que viraban hacia el púrpura y giraban hacia el rojo, el amarillo y el verde, siguiendo la ondeante escala multicolor del arco iris. Era como si una gigantesca aurora boreal los hubiera recogido y jugara con ellos, meciéndolos entre sábanas de estrellas y luceros.
[...]
—El gran puente entre sistemas quedó reducido, por motivos que todavía hoy se nos escapan, a una bella y misteriosa nebulosa cargada de leyendas de fantasmas y apariciones —comentó Julio poniendo su mejor voz de narrador—. Dicen que está poblada por las almas errantes de los que quedaron atrapados en algún punto entre la vida y la muerte, aislados del espacio y del tiempo.
Fragmento extraído de «El fantasma de las navidades futuras» Crónicas de Eos II: Fractura